podemos porque hacemos


La derrota nos hace derrotados y sin esperanza. Independientemente de la propaganda que haga el poder, la Venezuela de las dos décadas del siglo XXI ha sufrido una terrible derrota y un brutal revés. Por eso la primera reacción a cualquier oferta de esperanza es No podemos. Pero hay un segundo momento del náufrago, cuando la barca se hunde, recuerda que sabe nadar y activa todas sus fuerzas para llegar a la orilla.
No seamos cínicos, esto no se ha arreglado. Pero millones de venezolanos dentro y fuera del país están haciendo lo necesario primero para sobrevivir y luego para salir adelante. Son casos de éxito que sorprenden a los propios protagonistas en países donde, obligados a empezar de cero, lo hicieron descubriendo cualidades propias que no sospechaban. En los entornos que más me son familiares, como la UCAB, el barrio de La Pradera (La Vega) o el centro de salud de Santa Inés, me asombra verlos activos y exitosos donde la lógica sería la parálisis y el cierre con la señal NO PODEMOS. Por qué me dices que puedes, te pregunto. Porque vemos que sí – me contestan – hasta nos sorprendemos cuando vemos que andamos sin muletas. Centros de salud donde médicos, enfermeras, directivos y comunidades organizadas descubren su éxito. Están felices de ver que se resuelven. ¿Y cómo sabes que puedes? Porque vemos nuestras obras. Así están hoy miles de makers venezolanos.
hacer¿Y el cambio político? Tienen razón quienes dicen que la catástrofe es tan grande y global que el cambio político es imprescindible para que los vientos de esperanza soplen con fuerza sobre Venezuela y reverdezcan el actual desierto desolado. Incluso los chavistas empiezan a convencerse de que no deben resignarse al fracaso político y al triste callejón sin salida del camino cubano. Frente al “No podemos”, la respuesta es el “Levántate y anda” de millones de venezolanos que avanzamos con cosechas de éxito en lo que hacemos con novedad, sacando cada uno lo mejor de sí.
Es asombroso ver como el poder es ciego y que los que ayer prometieron liberar al país de la pobreza, la corrupción y la injusticia, ahora se aferran al poder tiránico, corrupto y miserable. Antes de encerrarse en el desesperado modelo cubano, les queda la manera humilde de reconocer el enorme fracaso y abrir las puertas al cambio político y al reencuentro venezolano entre pueblos diferentes, en una sociedad más pobre pero que se transforma aprendiendo a hacer más y mejor con menos. , a pesar de un estado en ruinas. ¿Por qué Maduro está vinculado a las ruinas? ¿Por qué no estar abierto a un acuerdo para el cambio?
Fortaleza espiritual y el milagro de la reconstrucción. Hay miles de núcleos en Venezuela que viven felices experiencias de reconstrucción en esta catastrófica posguerra. Ese poder triunfante que, a finales de 1941, está a las puertas de Moscú y declara la guerra a Estados Unidos con la certeza de dominar el mundo, pero que pronto avanza hacia la derrota total de esta absurda pretensión nazi. Al año siguiente, el signo de la guerra cambió y a Hitler solo le quedó el pobre sótano del búnker de Berlín para suicidarse. Pronto descubrirán que no quedaron para siempre en la miseria y la derrota, sino que una humanidad liberada y una nueva Alemania resurgieron de las ruinas con la ayuda de los vencedores y una Europa reconciliada. Konrad Adenauer, uno de los principales artífices del resurgimiento de la nueva Alemania, ya era un destacado alcalde de Colonia antes de la Primera Guerra Mundial como miembro del partido Católico Zentrum, creado en 1871, para enfrentarse a los católicos anti-Bismarck. Con la victoria nazi en 1933, Adenauer fue arrestado y luego tuvo que esconderse en la abadía de Maria Laach bajo la protección del abad, un amigo de su juventud. Adenauer, perseguido, sin recursos para mantener a su familia, y con el oscuro panorama del nazismo avanzando sin límites, escribió en su diario que si no era un católico convencido se suicidaría, porque sentía que no podía hacer nada. en este mundo. . No sabía que la etapa más creativa de su vida estaba por llegar, después de 12 años de barbarie nazi.
El daño ya estaba hecho y la inmensa destrucción casi borró a Alemania del mapa. Pero a partir de 1948, el viejo Adenauer (el otro) emergió de su abismo personal y nacional como canciller (jefe de gobierno) de la nueva Alemania, reelegido tres veces. De las cenizas y con el hábil apoyo de los victoriosos Estados Unidos de América, nació la nueva Alemania, reconciliada con su eterno rival Francia y juntos encabezando el resurgir de la nueva Europa sin más guerras entre ellos. Lo que parecía una ilusión en 1945 se convirtió en una floreciente realidad veinte años después. La libertad y la justicia pendían de un hilo en la otra mitad de Europa atrapada por la Unión Soviética. Veinticinco años después, el espíritu libertario desarmado derriba el Muro de Berlín.
Venezuela libre renacerá como esta vieja Europa destruida. La condición indispensable es que la sociedad civil y todos los venezolanos no sigan atados al cadáver podrido del viejo Estado, nacido y sostenido por la renta petrolera gratuita. Este no volverá. Ahora la riqueza está en promover el talento de millones de venezolanos que con lo que hacemos demostramos lo que podemos. A partir de ahí, la sociedad hará menos poderosa a su Estado y renacerá una nueva política que responda a la tragedia que estamos viviendo.